• 6 de junio de 2023 17:18

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Kraken: la verdad sobre la nueva variante de COVID-19

Oficialmente no se llama kraken y hasta el momento no se ha comprobado que sea más grave que otras variantes.


Ene 10, 2023
casos de coronavirus en Tucumán

La Organización Mundial de la Salud (OMS) vigila el último linaje del coronavirus, que crece en Estados Unidos y ya se ha detectado en más de veinte países. Sin embargo, hasta el momento no ha mostrado mayor virulencia

De acuerdo con un artículo publicado por el diario El País, desde el inicio de la pandemia de coronavirus fueron surgiendo nuevas variantes del virus inicial.

Cada una de las que se impuso pasó a ser “la más contagiosa”. Alfa lo era mucho más que la original, pero menos que beta, que a su vez tenía menos capacidad de transmisión que delta, muy contagiosa, pero no tanto como ómicron. En esta evolución, el último escalón (por ahora) es la XBB.1.5, un sublinaje de ómicron, bautizado oficiosamente como kraken, que avanza por Estados Unidos y se ha hecho de nuevo con la vitola del que tiene más facilidad para infectar, aunque no parece ser más grave.

La XBB, una fusión de dos variantes de ómicron, está bajo el radar de la OMS desde principios de diciembre. Dos mutaciones de esta han dado lugar a la XBB.1.5, que ha pasado a ser la principal candidata a imponerse en todo el mundo tras crecer rápidamente en Estados Unidos, donde la XBB y su descendiente suponen casi la mitad de los casos.

La OMS ya la ha detectado en 25 países, donde se han identificado algunos casos, aunque de momento, anecdóticos. Tanto en las muestras aleatorias secuenciadas como en los análisis en aguas residuales que hace el Ministerio de Sanidad se ha encontrado un claro predominio de la BA.4 y BA.5, que son las que llevan contagiando masivamente desde el verano.

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La propia naturaleza del virus hace que para que una variante llegue a convertirse en predominante, tiene que ser más contagiosa que las anteriores. De lo contrario, no se impondría a las que ya circulan. Pero la capacidad de transmisión de un virus no es un hecho absoluto y aislado, sino fruto de la interacción con sus huéspedes (los seres humanos), su estado inmunitario y las interacciones entre ambos.

Desde que se generalizaron las vacunas, ninguna de las variantes del SARS-CoV-2 ha demostrado ser más grave que la anterior. No ha habido ninguna que haya escapado de tal forma al sistema inmunitario que produzca mayor proporción de muertes o de hospitalizaciones en una población con más defensas generadas tanto por las inyecciones como de forma natural gracias a los contagios. Y, por el momento, la XBB.1.5 no parece ser una excepción.

Cuando una variante causa una enorme cantidad de infecciones, sin embargo, estadísticamente también aumentan el número de personas que enferman gravemente o mueren, incluso si es mucho menos letal que las anteriores. Sin embargo, desde que comenzó la vacunación, las olas han causado cada vez menos hospitalizaciones.

Esto viene a confirmar que las variantes están siendo cada vez más leves: incluso con millones de contagios, no son capaces de poner en tensión la capacidad de las Unidades de Cuidados Intensivos, aunque sí causan la muerte de cientos de personas, sobre todo muy mayores y vulnerables que padecían otras enfermedades y a los que la covid consigue descompensar definitivamente.

Por cuestiones técnicas, la ómicron ha sido la última bautizada oficialmente con una letra griega hasta el momento. Todas las demás han sido sublinajes que respondían solo a letras y números y que han recibido en ocasiones sobrenombres improvisados para ser identificados, con apelativos como centauro, perro del infierno o pesadilla, que fue el primer apodo que se extendió para la variante XBB.

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Kraken, que hace referencia a un monstruo marino de la mitología escandinava, ha sido la ocurrencia de Ryan Gregory, un profesor de biología de la Universidad de Guelph (Ontario, Canadá), que trata de hacer más accesible la información sobre las nuevas variantes. De ahí sustituir un número por un nombre como este. Sucede, sin embargo, que normalmente estos nuevos linajes denominados de forma llamativa ni son tan infernales ni tan pesadillas ni tan monstruosos como su apelativo sugiere. De los cientos de variantes que han circulado y las decenas que se han identificado como un peligro, solo unas pocas han conseguido imponerse, y de forma cada vez menos virulenta.

La OMS advierte de que cuanto más contagios se produzcan, más probabilidad hay de que el virus mute y escape al sistema inmunitario. Es un riesgo inherente a cualquier virus: que en algún momento se vuelva más letal, como sucede con la gripe, que recurrentemente ha causado epidemias graves a lo largo de la historia.

Fuente: Escrito por Pablo Linde y publicado por el diario El País